Últimamente, se habla mucho del agua alcalina. Tal vez la hayas visto en alguna tienda o alguien te la haya recomendado para “mejorar el pH del cuerpo” o “hidratarte mejor”. Suena bien, claro. Pero antes de sumarse a una tendencia, conviene entender de qué va todo esto. ¿Realmente es tan buena como dicen?
Este tipo de agua se caracteriza por tener un pH más alto que el agua del grifo. Y con eso llegan muchas promesas: que si ayuda a la digestión, que si combate la acidez, que si tiene propiedades antioxidantes… Pero como con casi todo en el mundo del bienestar, hay matices. Beneficios, sí. Pero también límites. Y no es para todo el mundo.
A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber: qué beneficios reales puede aportar, qué efectos puede provocar si se consume en exceso y en qué casos es mejor evitarlo.
Beneficios del agua alcalina
Mejora de la hidratación y absorción celular
Uno de los beneficios del agua alcalina es que hidrata mejor. Algunas personas notan que, al tener un pH más alto y ciertos minerales, el cuerpo la absorbe mejor. Sobre todo después de hacer ejercicio. Si eres deportista, sudas mucho o simplemente necesitas recuperar líquidos rápido, puede ser una ayuda extra. Nada milagroso, pero sí útil.
Equilibrio del pH corporal y neutralización de la acidez
Otra de las razones por las que muchos la prefieren es por su efecto alcalinizante.
Otra razón por la que muchos eligen este tipo de agua es por su efecto alcalinizante. Vivimos rodeados de alimentos y bebidas ácidas (café, refrescos, procesados…), y el agua alcalina puede ayudar a equilibrar el pH del cuerpo. No lo cambia todo, pero sí puede aportar un pequeño alivio si sufres de acidez estomacal o reflujo con frecuencia.
Potencial antioxidante: Combate de radicales libres
Aunque no todos los estudios están cerrados, hay quienes afirman que el agua alcalina tiene un ligero efecto antioxidante. Esto significa que podría ayudar a reducir el impacto de los radicales libres, esas moléculas que aceleran el envejecimiento celular. ¿La clave? Consumirla dentro de un estilo de vida saludable. Sin convertirla en una solución única.
Apoyo digestivo: alivio del reflujo ácido y mejora en la digestión
El agua alcalina ayuda con el reflujo ácido a algunas personas que tienen problemas de acidez. No es un remedio médico, pero tiene el potencial de brindar algo de alivio. Principalmente, si se consume tras las comidas. Un pH más elevado tiende a atenuar el impacto de la acidez gástrica.
Esto puede venir bien si sufrir de acidez estomacal o molestias digestivas frecuentes. ¿Lo cura? No. Pero en muchos casos, puede hacer que el malestar sea más llevadero. Además, hay quien nota que las digestiones se vuelven algo más ligeras. No por arte de magia. Si no porque un entorno menos ácido puede ayudar al cuerpo a funcionar con más calma.
Beneficios para el sistema inmunológico y reducción de la inflamación
Una manera de cuidar el cuerpo es mantenerse bien hidratado.Y si el agua que tomas también tiene propiedades antioxidantes, mejor. Algunos estudios sugieren que, debido a su habilidad para luchar contra los radicales libres, el agua alcalina podría contribuir a fortalecer el sistema inmunológico.
Pero eso no es todo. También se ha relacionado con una ligera reducción de procesos inflamatorios crónicos, que sue0len pasar desapercibidos pero están detrás de muchas dolencias. En personas con afecciones como artritis, por ejemplo, puede suavizar algunos síntomas. No lo va a curar, pero puede sumar calidad de vida.
Posible contribución en la prevención de enfermedades crónicas
Aquí es importante ser honestos: no hay certezas. Todavía no. La ciencia sigue investigando qué papel podría tener el agua alcalina en la prevención de enfermedades crónicas, pero de momento, los resultados son solo prometedores. No concluyentes.
Lo que sí se ha observado en algunos estudios es que esta agua, al reducir ligeramente el estrés oxidativo y ayudar al cuerpo a mantener un entorno menos ácido, podría tener cierto impacto a largo plazo. ¿En qué sentido? Tal vez ayude a reducir el riesgo de osteoporosis, de algunas enfermedades cardiovasculares o incluso de ciertos tipos de cáncer. Pero hablamos de hipótesis, no de garantías.
Por eso, si la vas a incluir, que sea como parte de un conjunto de buena alimentación, descanso, ejercicio y cuidado emocional.
Contraindicaciones del agua alcalina
El agua alcalina tiene sus beneficios, pero no es para todo el mundo ni en cualquier cantidad. Como pasa con muchas cosas, el problema no suele estar en tomarla, sino en hacerlo sin medida o sin tener en cuenta cómo funciona nuestro cuerpo. No es lo mismo alguien sano que alguien con una condición médica concreta. Y desde luego, no es lo mismo tomar un vaso al día que cinco litros.
Riesgos de consumir agua alcalina en exceso
Beber demasiada agua —aunque parezca inofensivo— puede terminar siendo un problema. Si el cuerpo se satura, pueden aparecer desequilibrios. A veces, lo que parece “saludable” en exceso termina jugando en contra.
Con el agua alcalina ocurre algo parecido. Tomar más de la cuenta puede provocar hiperhidratación o potomanía, que básicamente es cuando el cuerpo no puede gestionar tanta agua y se alteran los niveles de minerales. También puede aparecer lo que se llama alcalosis metabólica: un exceso de alcalinidad que genera mareos, temblores o espasmos musculares. No es frecuente, pero puede pasar.
Problemas asociados con un pH superior a 10
Un detalle que muchas personas pasan por alto es el nivel de pH. No porque algo “sea más alcalino” es automáticamente mejor. De hecho, si el pH sube demasiado —por encima de 10— puede resultar irritante. Literalmente.
Pueden aparecer molestias en la piel o en el estómago. Algunas personas sienten sequedad, malestar digestivo, o simplemente notan que no les sienta bien. No hay que obsesionarse con los números, pero sí conviene mantener el agua dentro de un rango razonable.
Efectos secundarios por consumo excesivo de agua alcalina
Cuando el cuerpo recibe más alcalinidad de la que necesita, empieza a protestar. Náuseas, molestias musculares, temblores… son señales de que algo no va bien. No suelen ser graves, pero son un aviso.
Además, un exceso prolongado puede hacer que el cuerpo pierda minerales como calcio o magnesio, esenciales para que todo funcione como debe. Así que, como con casi todo, la moderación es la clave.
Impacto en personas con problemas renales
Aquí hay que ser especialmente cuidadosos. Si tienes algún problema en los riñones, lo mejor es consultar antes de incorporar agua alcalina a tu rutina. ¿Por qué? Porque los riñones son los encargados de regular el pH del cuerpo. Y si ya están trabajando al límite, añadir un líquido muy alcalino puede sobrecargarlos.
En algunos casos, el exceso de minerales puede incluso favorecer la aparición de cálculos renales. Por eso, no es que esté prohibido, pero sí conviene tener precaución y hacerlo con supervisión.
Posibles interacciones con medicamentos que afectan los riñones
Otra cosa importante: el agua alcalina puede interferir con ciertos medicamentos. Sobre todo los que necesitan un ambiente ácido para funcionar bien.
La absorción de los medicamentos puede verse afectada si se altera el pH del cuerpo, lo cual hace que pierdan parte de su eficacia. Esto ocurre, por ejemplo, con algunos tratamientos para infecciones urinarias o para la tensión. Así que si estás tomando medicación de forma habitual, lo mejor es hablarlo con tu médico antes de incorporar este tipo de agua de manera regular.
Desequilibrios electrolíticos y su repercusión en la salud
Cuando el equilibrio mineral del cuerpo se rompe, se nota. El agua alcalina, si se toma en exceso, puede alterar los niveles de potasio, magnesio o calcio. ¿Y qué pasa entonces? Desde fatiga, calambres o arritmias cardíacas, hasta problemas de concentración o de memoria.
Estos minerales son los que mantienen en marcha el sistema nervioso, los músculos, el corazón. Perderlos o descompensarlos no es ninguna tontería.
Consecuencias de reducir demasiado la acidez estomacal
Uno de los errores más comunes es pensar que la acidez del estómago es “mala”. Y no lo es. Al contrario, es una defensa natural del cuerpo.
Cuando tomamos demasiada agua alcalina, esa acidez puede disminuir demasiado. ¿Y qué ocurre entonces? El estómago deja de cumplir bien su función. Le cuesta más digerir alimentos, pero también pierde parte de su capacidad para eliminar bacterias y microorganismos.
Eso puede traducirse en problemas digestivos, gases o incluso infecciones gastrointestinales.
Alcalosis metabólica: efectos en la salud
Cuando el cuerpo se vuelve demasiado alcalino, entra en un estado que se conoce como alcalosis metabólica. Y aunque suene técnico, lo que hay detrás son síntomas bastante desagradables: mareos, espasmos musculares, náuseas o pérdida de apetito. Incluso puede aparecer irritación en la piel o descalcificación ósea si se prolonga en el tiempo.
Es poco común que suceda por tomar uno o dos vasos al día. Sin embargo, si se transforma en una rutina abusiva, puede tener efectos reales en la salud.
Efectos adversos en el crecimiento y peso corporal: evidencia en estudios animales
Se ha notado en algunas investigaciones con animales que la ingesta de agua con un pH muy alto puede influir en el metabolismo y el crecimiento. Específicamente, se ha observado una disminución del crecimiento y una pérdida de peso corporal.
¿Significa esto que va a pasarte a ti? No necesariamente. Pero sí es un motivo más para no abusar y mantener el sentido común. Si algo no es natural en altas cantidades, lo más adecuado es consumirlo con equilibrio.
¿Es bueno tomar agua alcalina?
El agua alcalina se ha vuelto bastante popular en los últimos años. Mucha gente la incorpora por sus posibles beneficios: un pH más elevado, una mejor hidratación, o para equilibrar la acidez del cuerpo. Todo eso suena bien. Pero como pasa con muchas tendencias de salud, no todo es para todo el mundo.
¿Es buena? Puede serlo, si la consumes con moderación y si realmente se adapta a lo que tu cuerpo necesita. No se trata de reemplazar el agua de siempre ni de obsesionarse con los niveles de pH, sino de conocer sus ventajas, tener claras sus limitaciones, y decidir si te aporta algo dentro de tu rutina.
Si te ayuda con la digestión, o te sientes mejor después de tomarla, genial. Pero lo más importante es eso: que te sientas bien, que la uses con sentido común y que no pierdas de vista el equilibrio.
Agua alcalina y sostenibilidad: la propuesta de Aqualivery
En Aqualivery estamos comprometidos con una hidratación buena para ti, buena para el planeta. No vendemos agua alcalina, sino algo más simple y honesto: agua de calidad en botellas de vidrio retornables y sin residuos ni complicaciones.
Llevamos el agua directamente a tu casa, lista para consumir, sin plásticos de un solo uso y con todas las garantías de pureza. Lo hacemos fácil, práctico y con el compromiso de cuidar lo que bebemos y lo que dejamos atrás.
Así que si te interesa el agua alcalina, genial. Pero si lo que buscas es una forma de hidratarte bien y vivir de forma más sostenible, quizá aquí encuentres justo lo que necesitas.


