En este artículo, profundizaremos en las diferencias más significativas entre estos dos tipos de agua, explicando cómo se obtienen, qué normativas las regulan y los beneficios específicos para la salud. También veremos por qué elegir agua embotellada en envases de vidrio retornables es una opción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, como la que ofrece Aqualivery, asegurando calidad y un menor impacto ambiental.
Agua de manantial
El agua de manantial es un tipo de agua natural que se extrae de acuíferos subterráneos y fluye a la superficie de la tierra de forma natural. Su origen subterráneo le proporciona una pureza única, ya que está protegida de posibles contaminantes externos, como productos químicos o microplásticos, que pueden encontrarse en otras fuentes de agua. A diferencia del agua de grifo, el agua de manantial no necesita tratamientos químicos para ser apta para el consumo humano, lo que garantiza su pureza natural desde la extracción hasta el embotellado.
Origen y características del agua de manantial
El agua de manantial proviene de acuíferos profundos, donde se filtra muy despacio a través de diversas capas de roca, adquiriendo minerales beneficiosos como el calcio, magnesio y sodio. Este proceso de filtración natural también garantiza su pureza.
El agua se embotella directamente en su lugar de origen, conservando su composición natural y sus propiedades beneficiosas para la salud. No obstante, a diferencia del agua mineral natural, el agua de manantial puede experimentar ciertas variaciones en su composición mineral dependiendo de factores geológicos y estacionales, como veremos a continuación.
Variabilidad en la composición mineral del agua de manantial
Una de las principales características del agua de manantial es la variabilidad en su composición mineral. Mientras que el agua mineral natural mantiene una composición mineral constante debido a la estabilidad de su fuente, el agua de manantial puede mostrar pequeñas fluctuaciones en su contenido de minerales dependiendo de la época del año, las condiciones climáticas y la geología del terreno en la que se encuentra el acuífero.
Estas variaciones en la composición no afectan a la potabilidad del agua, pero sí pueden influir en su sabor y contenido mineral en diferentes lotes o temporadas. No obstante, esta variabilidad es un indicativo de que el agua de manantial es completamente natural, sin alteraciones ni tratamientos químicos.
Agua mineral natural
El agua mineral natural también se extrae de acuíferos subterráneos profundos, al igual que el agua de manantial, pero con una diferencia clave: su composición mineral es constante. Esto significa que el agua mineral natural mantiene un equilibrio de minerales específico que no varía a lo largo del tiempo ni de las estaciones, lo que la convierte en una fuente confiable de nutrientes y minerales esenciales.
Origen y características del agua mineral natural
El agua mineral natural procede de fuentes protegidas, donde el agua pasa por un largo proceso de filtración a través de rocas y suelos, lo que le permite adquirir su composición mineral única. Esta agua es totalmente natural y no está sujeta a tratamientos químicos. El hecho de que se extraiga del propio acuífero y se embotelle en su origen garantiza que se mantenga la pureza y que los minerales se conserven de forma natural.
Además, la normativa europea regula que el agua mineral natural no puede recibir ningún tratamiento salvo la eliminación de componentes no deseados, como el hierro o el manganeso, siempre que no alteren la composición original del agua. Esto asegura que las propiedades saludables del agua mineral natural permanezcan intactas desde su fuente hasta el consumidor final.
Constancia de la composición mineral
Una de las principales características del agua mineral natural es la constancia en su composición mineral. A diferencia del agua de manantial, cuyo contenido mineral puede variar dependiendo de la geología y las condiciones climáticas, el agua mineral mantiene un perfil constante de minerales como calcio, magnesio, sodio y bicarbonato, entre otros. Esto la convierte en una opción ideal para personas con unas necesidades dietéticas específicas, ya que proporciona un suministro predecible de minerales.
La constancia en la composición mineral también garantiza que el agua mineral tenga un sabor único y estable, lo que la diferencia con claridad del agua del grifo, o incluso de otras aguas embotelladas. Su perfil mineral constante también permite que sea recomendada para usos terapéuticos, ayudando a mejorar la digestión, la hidratación y el aporte de oligoelementos esenciales para el organismo.
Principales diferencias entre el agua de manantial y el agua mineral
Aunque tanto el agua de manantial como el agua mineral natural comparten un origen similar, ya que ambas proceden de fuentes subterráneas, y una pureza natural, existen diferencias clave tanto en su composición como en las normas que las regulan. Estas diferencias influyen en su calidad, en los posibles beneficios para la salud y en las recomendaciones para su consumo.
Composición mineral: constante vs. variable
La principal diferencia entre ambos tipos de agua radica en la composición mineral. El agua mineral natural tiene una composición constante de minerales, lo que significa que su contenido en minerales como calcio, magnesio o sodio se mantiene invariable con el tiempo y la geografía. Esto es posible porque el agua mineral proviene de fuentes subterráneas protegidas, donde los minerales se disuelven de forma regular y constante, asegurando que cada botella tiene la misma composición siempre.
Por otro lado, el agua de manantial tiene una composición mineral variable. Aunque también procede de acuíferos subterráneos, su contenido mineral puede fluctuar en función de factores geológicos y climáticos. Estos cambios no afectan a su pureza, pero sí pueden alterar su sabor y la proporción de ciertos minerales en determinados momentos. Esta variabilidad puede ser un factor a considerar dependiendo de las necesidades dietéticas de los consumidores.
Tratamientos permitidos y normativas
Otra diferencia importante está en las normativas que regulan ambos tipos de agua. El agua mineral natural está sujeta a una regulación estricta que prohíbe cualquier tratamiento químico que pueda alterar su composición original. Solo se permiten tratamientos mínimos, como la eliminación de componentes inestables, pero siempre y cuando no modifiquen su composición mineral.
En el caso del agua de manantial, las normas son menos estrictas en cuanto a los tratamientos permitidos. Aunque no se permite añadir compuestos que modifiquen su estructura natural, sí se pueden realizar algunos procesos para garantizar que el agua sea apta para el consumo, en especial si hay variaciones en su calidad mineral. Sin embargo, sigue siendo un agua natural que no está sometida a los mismos tratamientos que el agua del grifo.
Beneficios para la salud de cada tipo de agua
Tanto el agua de manantial como el agua mineral natural son saludables y aptas para el consumo. Sin embargo, el agua de manantial tiene ciertas ventajas particulares, que la hacen ideal para quienes buscan un enfoque más natural y una experiencia de hidratación pura.
El agua de manantial embotellada, como la que ofrece Aqualivery, se extrae de acuíferos subterráneos protegidos, lo que garantiza que esté libre de contaminantes y mantenga sus propiedades naturales. Al no estar sujeta a un proceso de tratamiento químico agresivo, el agua de manantial conserva su pureza original, con un contenido mineral equilibrado que favorece la hidratación diaria y contribuye al bienestar general.
A diferencia del agua mineral natural, cuya composición constante puede ser adecuada para personas con necesidades dietéticas específicas, el agua de manantial ofrece una variabilidad natural en su contenido mineral que muchos consumidores aprecian por su frescura y origen no alterado. Este factor permite proporcionar un equilibrio mineral en sintonía con la naturaleza, haciéndola muy atractiva para quienes buscan una fuente de agua lo más cercana posible a su estado original.
Elegir agua de manantial de Aqualivery no solo garantiza pureza, sino también un enfoque más sostenible gracias a los envases de vidrio retornables que utilizamos, lo que minimiza el impacto ambiental, al tiempo que asegura que recibas agua de alta calidad, directamente en tu hogar.
Conclusión final
Al comparar el agua de manantial y el agua mineral natural, está claro que ambos tipos tienen un origen similar, pero difieren en aspectos clave como su composición mineral y las normativas que las regulan.
La elección entre una y otra depende sobre todo de las necesidades y preferencias del consumidor. Para quienes buscan una opción de agua pura, con una composición mineral equilibrada y en armonía con la naturaleza, el agua de manantial embotellada en envases de vidrio retornables es una opción ideal. Este tipo de agua, como la que ofrecemos en Aqualivery, no solo garantiza una experiencia más cercana a su estado natural, sino que también se presenta como una solución más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, al reducir el uso de plásticos.Elegir Aqualivery significa no solo disfrutar de agua de alta calidad, sino también contribuir a la reducción del impacto ambiental, gracias a nuestro compromiso con la sostenibilidad mediante el uso de envases de vidrio retornables. De este modo, se asegura un suministro de agua limpio y confiable en tu hogar, preservando tanto tu salud como el planeta.