¿Es bueno tomar agua con gas? Beneficios, riesgos y recomendaciones

es bueno tomar agua con gas
El agua con gas hidrata, aporta sensación de saciedad y puede mejorar la digestión, pero no es recomendable para todos. Puede causar molestias digestivas o afectar el esmalte dental. Su consumo diario es seguro con moderación y elección adecuada del tipo.
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Beber agua con gas se ha convertido en una alternativa saludable cada vez más popular frente a refrescos azucarados y bebidas procesadas. Su efervescencia, la sensación de saciedad que genera y su posible beneficio digestivo la posicionan como una opción habitual en muchas dietas actuales. Sin embargo, surgen dudas sobre sus efectos reales en la salud.

En este artículo exploramos qué es el agua con gas, sus ventajas y desventajas, y si realmente es buena idea consumirla a diario. Además, explicamos en qué situaciones puede no ser recomendable y cuándo resulta más apropiado optar por opciones sin gas como el servicio de agua embotellada a domicilio Barcelona, ideal para quienes buscan una hidratación sin complicaciones.

¿Qué es el agua con gas y cómo se obtiene?

El agua con gas es una bebida que contiene dióxido de carbono (CO₂) disuelto bajo presión, lo que le otorga su característico burbujeo. Este tipo de agua puede ser de origen natural o artificial, y su popularidad ha crecido como una opción refrescante y, en muchos casos, más saludable que los refrescos comerciales.

Diferencias entre agua con gas natural y agua carbonatada artificialmente

El agua con gas natural se obtiene directamente de manantiales ricos en CO₂, donde la gasificación ocurre de forma espontánea. Estas aguas, como las que provienen de zonas volcánicas, suelen tener una composición mineral única que puede ofrecer beneficios específicos para la salud.

Por otro lado, el agua carbonatada artificialmente se produce añadiendo CO₂ a agua potable, sin alterar significativamente su composición mineral. Aunque ambas versiones son seguras, el origen del gas y la presencia de minerales son factores que pueden influir en la preferencia de los consumidores.

Composición: dióxido de carbono, minerales y otros componentes

Además del CO₂, el agua con gas puede contener minerales como calcio, magnesio, sodio o bicarbonatos, que varían según el origen del agua. En las versiones naturales, estos minerales provienen del entorno geológico del manantial, mientras que en las artificiales suelen añadirse o no estar presentes.

La combinación de efervescencia y minerales influye en el sabor, la textura y la sensación refrescante de esta bebida. Esta particularidad la convierte en una alternativa interesante para quienes desean hidratarse con un toque distintivo sin recurrir a bebidas calóricas o azucaradas.

Beneficios de tomar agua con gas

Aunque a menudo se asocia al agua sin gas con una hidratación más “tradicional”, la agua con gas también ofrece múltiples beneficios respaldados por la ciencia. Su composición no solo la convierte en una opción refrescante, sino también en una herramienta útil para mejorar ciertos aspectos de la salud digestiva y alimentaria.

Hidratación eficaz y sensación de saciedad

Beber agua con gas hidrata de forma efectiva, al igual que el agua natural. Además, el gas añadido puede aumentar la sensación de saciedad, lo que puede ayudar a controlar el apetito y reducir la ingesta calórica, siendo útil en planes de pérdida de peso o en dietas controladas.

Alivio del estreñimiento y mejora de la digestión

Diversos estudios han indicado que el agua con gas puede estimular la actividad gástrica e intestinal, ayudando a mejorar el tránsito intestinal. Gracias a su ligera acción efervescente, facilita la digestión y puede ser útil en casos de estreñimiento leve o digestiones lentas.

Mejora de la deglución en adultos mayores

En personas de edad avanzada o con dificultades para tragar, se ha observado que el agua con gas mejora la capacidad de deglución. El estímulo sensorial que generan las burbujas favorece una respuesta más eficaz al tragar, lo que reduce el riesgo de atragantamientos y mejora la hidratación en este grupo poblacional.

Alternativa saludable a los refrescos azucarados

Una de las mayores ventajas del agua con gas es que representa una alternativa sin calorías ni azúcares frente a los refrescos tradicionales. Al mantener la sensación refrescante y burbujeante, permite sustituir bebidas azucaradas y ultraprocesadas sin renunciar al placer de una bebida con gas.

¿Tiene contraindicaciones el consumo de agua con gas?

Aunque el agua con gas ofrece múltiples beneficios, no está exenta de posibles efectos secundarios en ciertos grupos de personas o situaciones específicas. Conocer sus limitaciones permite consumirla de forma informada y responsable.

¿Es perjudicial para personas con problemas digestivos?

En personas con síndrome de intestino irritable, reflujo gastroesofágico o distensión abdominal, el consumo de agua con gas podría agravar los síntomas digestivos. Las burbujas pueden generar hinchazón o sensación de gases, sobre todo si se consume en grandes cantidades o junto con comidas copiosas.

Impacto en la salud dental: ¿desgasta el esmalte?

El dióxido de carbono presente en el agua con gas, al disolverse, genera ácido carbónico, que le confiere una ligera acidez. Si bien esta acidez es muy inferior a la de los refrescos o zumos industriales, un consumo frecuente y prolongado puede contribuir levemente al desgaste del esmalte dental, especialmente si no se mantiene una correcta higiene bucal. Las aguas con sabores añadidos presentan mayor riesgo, al incluir ácidos cítricos o fosfóricos.

¿Puede afectar a los riñones o a la presión arterial?

En general, el agua con gas no supone un riesgo para los riñones. Sin embargo, algunas marcas tienen un contenido elevado de sodio, lo cual podría ser contraproducente para personas con hipertensión o dietas hiposódicas. En estos casos, es recomendable leer la etiqueta y optar por aguas con bajo contenido en sodio o consultar con un profesional de la salud.

Agua con gas vs. agua sin gas: ¿cuál elegir según cada situación?

Ambas opciones son válidas para mantener una correcta hidratación, pero sus diferencias en composición y sensación al consumirlas pueden hacer que una sea más adecuada que otra según el contexto y las necesidades individuales.

Preferencias personales y sensibilidad digestiva

El agua sin gas suele ser mejor tolerada por personas con sensibilidad estomacal o trastornos digestivos como el reflujo, la hinchazón o el síndrome de intestino irritable. En cambio, el agua con gas puede ser preferida por quienes buscan una experiencia más estimulante o desean aumentar la sensación de saciedad, como apoyo en dietas de control de peso.

La elección también puede depender del sabor: algunas personas encuentran el agua con gas más refrescante, mientras que otras prefieren la suavidad del agua sin gas.

Hidratación y deporte: ¿cuál es más recomendable?

Durante o después del ejercicio físico, se recomienda agua sin gas. El contenido gaseoso puede dificultar la ingesta rápida y provocar molestias estomacales durante la actividad. En cambio, el agua con gas puede ser una opción agradable fuera del entrenamiento, especialmente si se usa como sustituto de bebidas azucaradas.

Para mantener una hidratación efectiva y cómoda en contextos deportivos o de alto esfuerzo físico, lo ideal es elegir agua sin gas, a temperatura fresca y con bajo contenido en sodio.

¿Es buena idea tomar agua con gas a diario?

Consumir agua con gas de forma diaria puede ser perfectamente compatible con una dieta equilibrada, siempre que se elijan opciones adecuadas y se respeten ciertas pautas. El dióxido de carbono que contiene no supone un riesgo en sí mismo, pero la elección del tipo de agua y la situación de cada persona son factores clave.

Recomendaciones de consumo según expertos

Nutricionistas y organismos de salud coinciden en que beber agua con gas a diario no es perjudicial para la mayoría de personas sanas, siempre que se mantenga dentro de un consumo moderado. Lo ideal es alternarla con agua sin gas, especialmente si se presentan problemas digestivos, hipertensión o sensibilidad dental.

En general, se recomienda evitar las versiones con sabores añadidos, ya que suelen contener ácidos, azúcares o edulcorantes que pueden afectar negativamente a la salud bucodental y metabólica.

Tipos de agua con gas más saludables

Las mejores opciones para el consumo diario son las aguas minerales naturales con gas, ya sea gasificadas de forma natural o artificialmente, pero sin aditivos. Este tipo de agua aporta minerales esenciales como calcio o magnesio, y carece de calorías o azúcares.

Leer la etiqueta es fundamental para comprobar la composición: elige aguas con bajo contenido en sodio si tienes problemas de presión arterial o retención de líquidos.

En conclusión, el agua con gas puede formar parte de una hidratación saludable, siempre que se consuma con criterio y adaptada a las necesidades individuales.

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